No Hay Dolor molan un huevo. El dúo presentan en su disco cinco temitas punk muy ricos. Alejados de la corriente más político-protesta del género, se sirven de la ironía y del sarcasmo para traer los temas importantes a la mesa sin que parezcan machaconamente reivindicativos.
No Hay Dolor es un disco dedicado al goce y a la sensualidad del meneo epiléptico. Puedo imaginar cientos de cabezas agitadas y de cuerpos estremecidos y preñados de sudor repetir en una voz sus estribillos fáciles de aprender en el centro de la pista de una sala de Madrid.
Tienen mala leche, humor y los cinco temas que componen el disco huelen a himnos coreables con una cerveza en la mano. No sé qué más se puede pedir.